La eficiencia de las prácticas de control dependen no solo del uso plaguicidas eficaces, sino también del uso eficiente de los recursos disponibles (conocimientos y tecnologías) en el marco de estrategias de manejo integrado (MIP), considerando los intereses e impactos sobre los productores, la sociedad y el ambiente.
Sin embargo, transcurrido medio siglo desde que si mencionara por vez primera al MIP, en general su implementación ha quedado restringida a situaciones puntuales, inclusive en países en que se ha asumido como política de estado (USA y EU). En esta presentación se señalan algunas causas que en general contribuyeron a ello.
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